Hedonismo en valores morales de una cuarentena
El hedonismo puede ser definido como la constante búsqueda del placer para alcanzar la felicidad. Esto, en tiempos de cuarentena puede significar muchas cosas, y también puede ser interpretado de muchas formas.
Alguien puede pensar que esta corriente te está invitando a violar la cuarentena para satisfacer tu necesidad de placer, ya sea yendo a tomar un helado, viendo a tus amigos o familiares, juntándote con tu pareja etc. Pero no tiene que ser así exclusivamente, el Hedonismo puede ser interpretado de diferentes maneras pues diferentes cosas dan placer a diferentes personas. O sea, puede ser que a alguna persona le traiga más placer respetar la cuarentena y cuidar a sus cercanos que salir a la calle.
No existe tal cosa como un hedonismo con reglas absolutas.
Alguien podría debatir que el hedonismo debe buscar satisfacer placeres carnales, físicos, y estaría en lo correcto, pero hay que tener en cuenta la carga emocional que viene con el Hedonismo. Pongámonos en un caso muy extremo, por ejemplo, un seguidor del hedonismo que decide violar o acosar a alguien para llenar su deseo sexual. A primera vista sería una situación plausible y bastante acorde a la corriente, después de todo, según el hedonismo esa sería la forma de alcanzar la felicidad, pero hay una cosa muy importante que la gente tiende a ignorar cuando habla de esta corriente; los valores morales que viene de la mano con la sociedad occidental en la que vivimos. Si eres una persona con una crianza al menos un poco normal, te han enseñado ciertos valores que dictan tu actuar consciente o inconscientemente. Por ejemplo, en el caso del violador hedonista, este podría verse afectados por sus códigos morales, terminando en su actuar un placer menor o nulo, al saber el daño que está haciendo a otra persona. Alguien no puede obtener de placer de dolor o malestar ajeno, a menos que sea con un sociópata.
Volviendo al tema del hedonismo en la cuarentena, los placeres carnales o físicos se pueden ver anulados por lo que conllevan pueden conllevar. Vamos a ponerlos en el típico dilema de el tren. En un lado tienes a tu pareja y en el otro a 3 científicos que tienen la cura del COVID-19. Una persona que entienda el hedonismo con una búsqueda básica de placer puede verlo como una decisión clara, pero no el problema es que ese placer momentáneo puede verse afectado directamente por las consecuencias morales del actuar. Un hedonista tiene que ser consciente de sus acciones y reflexivo si realmente quiere ser un hedonista, pues siendo cauteloso con su actuar logrará llegar a la felicidad.
Un hedonista en cuarentena tiene que buscar el placer máximo de su hogar y de todas las actividades que mantenga.
La mejor manera de ser hedonista esta cuarentena es aceptando la frustración de no poder vivir una vida normal, entenderla, tomarla para sí y utilizarla como motor para encontrar placer en las cosas mínimas de la vida. No puedes ser feliz si sigues buscando tu placer básico y carnal de siempre si no lo puedes obtener, y solo llegaras a un hoyo sin escape si te quedas dentro de la obscuridad que viene con la frustración de la soledad, por lo que hay que buscar un hedonismo más minimalista, llenando tu vida de pequeños detalles que te mantengan a flote mientras pasa lo más duro; ya sea encontrar un hobby nuevo, hablar con tu familia, ver tus pelis favoritas, no hacer nada del colegio o trabajo porque no tienes ganas es la manera de ser un hedonista esta pandemia, pero repito, todo tiene que ser mirado a futuro y a gran escala, pues puede que un placer momentáneo inhabilite placeres futuros, lo que terminaría en un hedonismo fallido.
En conclusión, el hedonismo es una corriente practicable en la pandemia, pero no puede ser el hedonismo tradicional y básico que solo se centra en el placer carnal inmediato, tiene que ser un hedonismo basado en buscar un placer constante y duradero, pensando muy bien las decisiones que se llevan a cabo, pues estas podrían tener consecuencias que limiten al mismo hedonista.
No existe el hedonismo con bases absolutas, cada persona tiene su propio hedonista dentro de sí mismo.